Este proyecto surge a partir de la inquietud de tomar fotografías con una vieja cámara de cajón Slomexa (década de 1950) que perteneció a mi abuela materna.
La consigna autoimpuesta fue fotografiar los espacios que nos son comunes, en su tiempo y en el mio.
La captura y revelado son analógicos, en película de 120mm, y la impresión de las copias también, sobre papel para acuarela mediante la técnica del cianotipo. En el medio del proceso interviene lo digital, para la edición e impresión del negativo A4.
La experiencia es doble, explorar en lo emotivo y en lo técnico de manera simultánea.



